Ética Periodística
La ética periodística no es más que la aplicación práctica permanente y
obligatoria de normas conductuales y de procedimiento establecidas en un
Código. Esta proporciona un marco de trabajo para dirigir las funciones
esenciales de los periodistas, establecer políticas y desarrollar estrategias
para velar por el correcto ejercicio profesional.
Quienes ejercen el periodismo y los
medios de comunicación social son importantes agentes socializadores además,
tienen influencia en la formación de valores, creencias, hábitos, opinión y
conductas de las distintas clases de la sociedad.
La información en periodismo se entiende
como bien social y no como un producto, lo que significa que el periodista
comparte la responsabilidad de la información transmitida y es responsable, no
sólo ante quienes controlan los medios, sino principalmente ante el
público.
En el desarrollo de sus actividades el
periodista no solo tiene derechos, también tiene obligaciones. Estos están al
servicio de la verdad, los principios democráticos y los Derechos Humanos, debe
difundir sólo informaciones fundamentadas las cuales, no manipulará bajo
ninguna circunstancia, debe resguardar el derecho de la sociedad a tener acceso
a una información veraz, plural, responsable y oportuna. El periodista
debe y tiene que respetar la dignidad y vida privada de las personas, no puede
atacar de ninguna forma a nadie ni introducirá en el medio de comunicación en
que trabaja, mensajes que favorezcan a la empresa.
Ahora bien, en nuestro país, por
ejemplo, hacer buen periodismo pero sobre todo ético requiere de un arduo
trabajo debido a que existe una falta de valores, de educación y de escrúpulos
notable.
Manipular la información al antojo
o conveniencia de una persona o entidad no es novedad, sin embargo, nadie
parece preocuparse por esto. No queda mas que fomentar la ética en los futuros
periodistas para hacer periodismo de calidad pero sobre todo, periodismo ético
y como decía Gabriel Garcia Marquez: “La ética debe acompañar siempre
al periodismo, como el zumbido al moscardón”.
M.S.
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